domingo, 28 de noviembre de 2010

Secretos en Houston: Capitulo 3

Capitulo tres. Primer dia.
Jana.

 En el techo colgaba una lámpara muy bonita, era lo que mas me gustaba de mi nueva habitación, ademas de la cama, por supuesto. Hoy era sabado. Mire el relog.
 9:00 AM.
 No queria levantarme. Pero alguien tenia que terminar de acomodar las cosas. Los chicos habian hecho un muy buen trabajo. Que bueno que no estuve la mayor parte del tiempo, viendo como Michele dirigia todo como si fuera una orquesta. Ella tenia un don sobre los hombres, ellos siempre le hacian caso. Me hubiera sentido avergonzada, aunque ellos no se dieran cuenta de cómo ella los manejaba.
 Como iba diciendo los chicos hicieron un gran trabajo, entraron todos los muebles a la casa, pero nosotras teniamos que colocar todas las cosas dentro. Tenia seis cajas llenas de las cosas que John me solia mandar. Tres de ellas llenas de ropa demaciado trend para un pueblo como Houston, demaciado trend para mi nueva vida, mi nuevo estilo. Mis dias de ropa de diseñador quedaron en Las Vegas. Asi que no me moleste en abrirlas.
 En el desayuno Michele me resibio con su habitual sonrisa y me sirvio una revanada de pastel. Estaba entusiasmada por su nuevo trabajo, seria la contadora de D&J Brothers, una empresa maderera que tenia sus oficinas en Prince George, una ciudad que se encontraba a tres horas y media de Houston. Cuando le destaque este hecho a Michele y le sugeri que deberiamos vivir en Prince George, solamente se rio y dijo: Yo quiero vivir en Houston, quiero volver a mi hogar.
No volvi a mencionar el tema.
_Hace frio._ dije cuando Michele me servia el café.
_Ya te acostumbraras._
 Hablando de acostumbrarse, tendria que acostumbrarme a esa frase tambien. Ya me la habia dicho muchas veces desde que llegamos a canada, y yo sabia que la seguiria escuchando por un tiempo mas.
_Que lindo es desayunar juntas._ comente distraidamente.
_Si…_ suspiro Michele_ Que lastima que sea solo por hoy. Sabes que mi trabajo requiere que me levante temprano. Ya le pedí a Andrew que te recoja desde mañana para que te lleve a la escuela._
_Cierto…_ me sentia muy adormilada, bebi un trago de café para revertir el efecto,_ Un momento! ¿Andrew?_ y desperté.
_Si. Es un buen chico. No te preocupes no será por mucho tiempo_
_Esta bien_ no podía decir otra cosa.
 Cuando me di cuenta ya estaba en la cama otra vez. El día se me había ido de las manos tratando de organizar mi nueva vida. Solo habia tenido una pausa cuando me habia venido a visitar Andrew. Empezaba a gustarme, era muy amable y gracioso. Que bueno que estaría en la escuela conmigo. Mientras estuvo en la casa le hice un retrato sin que se diera cuenta y me lo guarde para mi. Me gustaba mucho dibujar. Lo hacia muy bien, me salían los rostros a la perfección. Pero a pesar de mi orgullo por mis dibujos, nunca me había animado a mostrárselos a nadie que no sea mi amiga María. Solía hacer retratos de las personas que me rodaban, algo así como tomar una foto. Me dormí con la esperanza de que nadie me notara en mi primer día de clases. En California solía mezclarme entre la multitud, en mi escuela éramos muchos y nadie me notaba. Era mejor así, nunca había estado en la boca de alguna chismosa y si fue asi, nunca estuve consiente de ello. Ojos que no ven, corazon que no siente.
 Me desperté temprano, para que Andrew no me tomara por sorpresa. Desayune, me puse mi impermeable  nuevo –llovía a cantaros, pero el frío era lo que yo mas aborrecía- y cuando llego Andrew salí. Cerré la puerta con llave y la escondí debajo de un ladrillo, como Michele me había explicado que hiciera. Andrew me abrió la puerta del auto desde adentro. Apenas entre tuve que sacarme el impermeable, adentro la calefacción estaba al máximo.
_Hola California!_ me dijo.
_Hola.
_¿Lista para tu primer día?
_La verdad no._ le confesé.
_Veras que no será tan malo.
 La escuela se ubicaba al final del pueblo, en una esquina. Michele me habia comentado que esta escuela juntaba a todos los chicos de los pueblos de alrededor. Aun asi no eran ni la mitad de los que habia en las otras escuelas en las que habia estado. Odiaba empesar de nuevo, pero como suelen decir, la tercera era la vencida. Rogaba que lo fuera, pero esta era la cuarta escuela a la que asistia.
 Había muchos árboles de distintos tipos por todo el instituto y la niebla cubría la totalidad del campus entrándose al bosque. Sus edificios eran viejos, pero estaban bien cuidados y eran elegantes en cierto sentido. El pasto estaba bien cortado y cuadraba perfectamente con toda la prolijidad de la estructura. Observe que los autos del estacionamiento no eran muy ostentosos. Al parecer aquí no había niños mimados, que bien. Andrew me dejo en frente de una puerta que tenia un cartel que decía Administración, en la parte trasera del instituto, frente al estacionamiento de maestros. Al entrar volví a sentir el calorcito que había dentro del auto. La chica que atendía era joven, con un rostro y una voz que deducía solo dulzura. Usaba unos anteojos de marco grueso que, junto a su vestimenta y su peinado, parecía haber salido de una película de los sesenta. Al verme, puso una gran sonrisa.
_Tu debes ser la chica que transfirieron desde California. Angel Stevens._ me dedico otra deslumbrante sonrisa._ Lo deduzco porque nunca te había visto aquí_
_Si, la misma._
_¿Te ha gustado el pueblo?_ Me dijo mientras revolvía unos papeles.
_Si, lo poco que he visto_ le mentí.
_Aquí tienes cariño_ me extendió unos papeles_, ahí están los certificados de que asististe a las clases para que firmen tus profesores, un plano y los horarios de tus clases. A la salida ven y entrégame los certificados. Nos vemos corazón, que tengas un hermoso primer día de clases._
_Gracias._ le dije, mi voz casi imperceptible.
 Volví a salir a fuera y el frío y la lluvia volvieron a golpearme. Camine hasta el edificio principal, donde estaban los casilleros. El calor volvió a rodearme, me saque el impermeable. Paresia muy extraño, sin los detectores de metales y sin las rejas en administración. Note que todos vestían de manera sencilla, eso me tranquilizo. Camine por los pasillos para encontrar mi casillero, de pronto alguien de atrás me llamo, por mi nombre, Angel. Mantuve las esperanzas de que llamara a otra persona. Pero no dejaba de llamar, sentía la voz cada vez mas cercana. Toda mi ilusión de pasar desapercibida se resbalo de mis manos, como si de pronto se transformara en agua, cuando alguien me toco el hombro. Me di la vuelta, no tuve otra opción.
_¿Eres Angel Stevens? Hola, yo soy Melani y seré tu guía en la escuela. No te dijeron que tenias un guía, ¿Verdad?_
 Hablaba rápido, era una chica de mi edad con el pelo negro, un lacio envidiable para cualquiera, me incluyo. Tenia mi altura exacta, su tes parecida a la mia.
_Primero_ me había hablado tan rápido que tuve que enumerar las respuestas_, Jana, no Angel. Segundo, hola. Tercero, no, no me dijeron que tenia guía_
_Ay! Que grasiosa eres!_
_Gracias._
Solo le faltaba ser rubia y tenia el paquete completo. Vi con terror que alguien se acercaba, le resé a dios desde mis adentros, que esa chica no sea amiga de Melani.
_Hola Melani!_
Bingo! Dios no escucho mis suplicas, debio de haber estado ayudando a alguien mas.
_Tu debes ser Angel, ¿no?_
_Jane_ la corrigió Melani.
_Jana._ volvi a repetir, por dios… ¡no era tan difícil!
_Jana, mucho gusto yo soy Brenda._ Se presento educadamente.
 Brenda no parecía ser tan superficial como Melani. Su pelo era castaño, hondeado, un poco mas que el mío. Sus gestos eran amables y delicados al igual que su voz. Su piel era igual a la de Melani, que vida injusta! Me agrado a primera vista. Me extendió la mano y yo la tome con gusto.
_Igualmente_ después de las presentaciones, seguimos caminando por el pasillo.
_¿En que te podemos ayudar?_ Me pregunto Melani.
_Eh… ¿Me ayudan a buscar mi casillero?_
_A ver el numero_ Se lo mostré y una sonrisa ilumino su rostro_ Es al lado del mío!_
_Genial_ dije fingiendo animo.
 Fuimos juntas hasta los casilleros. Me ayudaron a encontrar el salón, resulta que tenia Lengua y Literatura con Melani. El profesor me obligo a que me presentara frente a toda la clase, tuve que verle el lado bueno al menos ahora menos personas me llamarían por Angel. Me senté al lado de Melani y me hablo toda la hora. Para el mediodía ya conocía por su boca a todos los profesores. Descubrí que tenía Español con Brenda y Biología con Andrew. En el almuerzo me senté con ellas, todavía me presentaban a mas y mas personas. Ya conocía a un cuarto de la escuela.
_¿Eres vegetariana?_ me pregunto Melani mientas miraba mi plato.
_Eh… No. Es que no me gusta la carne. Solo como la de pescado, pero no muy seguido._
_¿Como lo haces? Yo no puedo vivir sin carne._ Hace una pausa para comer un bocado_ Ah! Ya te he hablado de los profesores ¿no?_
_Si_ al escuchar eso solo pude pensar que realmente solo le faltaba ser rubia y era el paquete completo. Pero talvez me estaba precipitando, aun no la conocía bien.
 Luego Melani comenzo a hablar de algo que ella califico como “chisme esplosivo” y yo tube que hacer acopio de todas mis fuerzas para no salir fuera y comer sola. Al parecer una tal Jenhy habia perdido su pareja para el baile de navidad, el mas importante de todos los que se celebraban en el instituto.
 Deje de escucharla y empeze  vagar mi mirada alrededor. Un chico le ponia una traba a otro. Discutian por una gaseosa. De repente por una de las ventanas, la mas elaborada y grande en realidad, entro un rayo de luz y se poso en la mesa vacia que se encontraba justo delante de esta. La imagen me resulto tan maravillosa y melancolica que desee tener un lapiz y papel para poder dibujar la escena. De a poco las nubes se disiparon y dieron lugar a una vista aun mas maravillosa. Desde la peculiar ventana, que parecia ser la mas vieja de la escuela, se podia ver hacia el bosque. Las gotas caian de las hojas de los arboles y brillaban al ser alcanzadas por el sol.
 Me enamore de esa mesa, queria sentarme alli y dibujar aquel bosque, perderme en su profundidad, correr entre sus arboles, sentir esa luz en mi rostro.
 Estaba a punto de levantarme cuando recorde que no estaba sola. Asi que interrumpi a Melani y su “chisme explosivo”.
_Sentémonos alla._ sugeri señalando la mesa.
_ No, se esta bien aqui._ dijo cortante Brenda.
 La mire atonita.
_Pero a mi me gusta…_
_La mesa esta ocupada. Todos los días se sientan allí los Hemilton y sus sombras los Goldsmith. Será mejor que no te sientes nunca en esa mesa._ El resentimiento en su voz era patente, abri mas los ojos.
_¿Por quien? ¿La reina de Inglaterra? Es solo una mesa…_
Me calle cuando Melani me interrumpio, con esa tipica mirada de complicidad y maldad que suele haber en los rostros de chicas como ella cuando tienen la intencion de hablar de alguien.
_ No entiendes. Tu no sabes la historia. Claro, eres nueva. El primero en desaparecer se llamaba Víctor Hemilton. Cuando la policía los interrogo al resto por su ausencia, ellos dijeron que la ultima vez que lo habían visto fue en el bosque. Un año después otros dos desaparecieron, Josephine Hemilton y Marco Goldsmith. Y otra vez ellos le dijeron a la policía que la ultima vez que los habían visto era en el bosque. Demasiada coincidencia…¿No te parece?_ dijo resaltando la palabra coincidencia lo mas que pudo.
_ Si ellos hubieran estado implicados en las desapariciones la policía ya se hubiera encargado._ opine.
_No. Sus padres son bastantes adinerados, además ellos pertenecían a su familia. Al cabo de poco tiempo se cancelaron todas las búsquedas. Nadie volvió a hablar del tema._ hizo una pausa y bajo la voz para darle mas dramatismo_ Pero la gente del pueblo no lo ha olvidado._
_Mejor que hayan dejado todo asi. ¿Porque buscar algo que no se quiere encontrar?_ dijo en voz baja Brenda mientras jugaba con la tapa de su botella en la mano.
_¿Algo que no se quiere encontrar?_
 Melani me toco el brazo para que la mirara.
_ Ellos son raros… aunque Victor era muy agradable, y sociable _
_¿Quien es raro?_ dijo Andrew mientras se sentaba al lado de Brenda.
_Hey! Si hablan de alguien raro de seguro que hablan de los maleficae._ dijo un chico que usaba frenos, aunque eso no perjudicaba a su aspecto y apostaria todo el dinero que no tenia a que el lo sabia. Su pelo era negro y su piel… no hablare de su piel.
 Me habia llamado la atención la palabra maleficae, pero lo olvide de inmediato con lo que dijo Andrew:
_Asi que estubieron hablando de los raros de los Hemilton y sus perritos falderos los Goldmish… ¿o era al reves? Ya no recuerdo. Bueno, lo unico que tienes que saber de ellos es que no son como tu o…_
_... o como nosotros, no tienen tanta suerte… _ siguió el chico de los frenos.
_...y que no debes acercarte a ninguno. No queremos mas desapariciones._ termino Andrew.
 No queremos mas desapariciones.
 _Hey! Tu eres Angel ¿no es cierto?_ me pregunto el amigo de Andrew interrumpiendo mis pensamientos.
_Jana._ dije mecánicamente.
_Yo soy Alcide._ Alcide me extendio la mano por ensima de la mesa y me la estrechó con fuerza._ Jana es un nombre bonito, pero Angel… ese te hace mas justicia._ El no me soltaba la mano._ Si defini…._ se interrumpio inmediatamente al desviar su mirada a mi otra mano.
 Solto mi mano derecha y me arrebato la izquierda, que estaba apollada por ensima de la mesa, no me habia dado cuenta que mi jersey se habia levantado un poco.
 Se me paro el corazon.
 Pense que ya no se notaban. Me dije a mi misma.
 Le dije adios a mi vida tranquila. Los del instituto llamarian a Michele, habria mucho barullo…
_... ¿es eso un tatuaje?_
 Como la gente que se reune alrededor de un accidente todos se acercaron a mi mano para ver mejor. Unas agraciadas lineas azules sobresalian de la manga de mi jersey, pegadas para siempre a mi piel. Un recuerdo de que no volveria a beber.
 Suspire de alivio. Disimuladamente mire la muñeca de mi mano derecha, la cicatriz no se notaba.
 Otras personas que pasaban se acercaron para ver tambien.
 Sin timidez Melani me subio la manga, la subio y la siguio subiendo. Todos cada vez viraban mas atonitos. Las lineas desaparecian y volvían a empezar, danzando a su antojo en mi piel. Algunas del grosor de un cabello, otras enroscadas alrededor de pequeños copos de nieve. Mientras mas piel se veia, mas detalles se podian apresiar.
 Detuve la mano de Melani. Ella parecio despertar de un trance a mi contacto.
_No te molestes en encontrar el final._ le dije con una timida sonrisa.
_¿Hasta donde se extiende?_ Andrew parecia fascinado.
_ Hasta lugares que nunca podran ver._
 Sentia como me ardian las mejillas, Andrew se sonrio con picardia.
_Si no hubiera mirado mas de cerca, no lo hubiera visto. Es un excelente trabajo ¿En cuantas seciones lo hiciste?_ pregunto Eddy.
_Una._
 Todos los ojos que estaban sobre mi brazo se posaron en mi rostro.
_Bobadas._ dijo Melani.
_Nop._
_¿Y no te dolio cuando te lo hacian?_
_Claro._ dije tan despacio que casi ni yo me oi.
 No les iba a decir que un dia me desperte durmiendo en el piso de la habitación de Carmen, una de mis amigas de las vegas que entre tantas cualidades, era una perdida, con un gran dolor en casi todo el lado izquierdo de mi cuerpo. Un dolor que no habia sentido desde las operaciones que tuve que hacerme para arreglar las cicatrices que habia tenido después del accidente.
 No, claro que no se los iba a decir.
 Escuchamos en timbre.
 Salvada por la campana.

Michael.

 No habia podido dormir. No era algo nuevo para mi, no dormia desde… bueno, desde hacia mucho tiempo. Pero la causa esta vez habia sido muy distinta a mi habitual falta de paz.
 Angel.
 Un nombre muy pretencioso. Una criatura terrenal nunca podria acemejarse a un angel, un ser tan perfecto, tan puro, que no podria ser real, al menos no en el mundo de los hombres.
 No habia podido sacarla de mi mente desde el sabado que la vi, cuando ibamos hacia el almacen para “mantener apariencias”, como decia mi tia. Al momento que nuestros ojos se cruzaron, no pude detener el auto y segui de largo. Ni Anastasia ni Malcom se movieron, como si no debiéramos parar alli. Pero yo lo supe, los oi. Anastasia me pregunto ¿por que? con esa voz interna tan hermosa que ella tenia. Malcom solo me dijo: Deverias comer mas seguido.
 Todavia no podia creer que habia ido al instituto, arriesgarme de esta manera. Era ridículo, me sentia ridiculo. Pero necesitaba cerciorarme.
 Un cuerpo agil, nada que no haya visto antes.
 Un cabello largo y ondulado de un castaño casi cobriso que enmarcaba llamativamente un rostro que habia logrado un equilibrio entre lo simple y lo atractivo. Todo bien hasta ahí.
 Pero eran sus ojos, era por ellos que yo estaba alli. Profundos como un oceano, intensos como un fuego azul. Poseedores de una mirada indescifrable que tenia el poder de fundir un alma directo a la oscuridad o elevarla hacia el cielo.
 Unos ojos hermosos. Inhumanos, sombreados por una resignada pena que era tan familiar para mi que instantáneamente provocaron un sentimiento de indentificacion que mezclado con algo mas me calaba hasta los huesos.
 Sono la campana.
 Me escondi mas entre los arboles.
 Se notaba que no le gustaba estar entre mucha gente, no es que no lo hiciera bien. Tenia un don para hablar con las personas, la escuchaban. Todas las mentes se anclaban en ella cada vez que hablaba. Me senti sorprendentemente sorprendido al ver sus tatuajes, que al parecer no eran ni una cuarta de lo extensos que eran. ¿Qué impulsaba a una joven aparentemente tranquila a tatuarse? Con los años habia aprendido que los que los muestran, se los hacen para mostrarles al mundo quienes son o para llamar la atención y los que no los muestran, los llevaban como un recordatorio, una marca.
 Cuando se habia quedado mirando hacia mi direccion, por un momento crei que ella me habia visto, claro que eso era imposible. Pero por su mirada perdida me di cuenta de que miraba el paisaje. No sabia si sentirme desepcionado o tranquilo porque no me hubiera descubierto. Por un momento en sus ojos hubo tanta paz, por un momento crei que me habia visto a mi, que yo habia causado esa mirada.
Me rei cuando nos llamaron maleficae, no escuchaba esa palabra desde hacia años. Tendria que haberme sentido aliviado cuando Melani, solo pensar su nombre me daba escalofrios, y Brenda, una de las mentes mas nobles que he tenido el placer de oir, le contaron sobre nuestra “historia”. Pero no fue asi. De pronto paso algo que antes no habia ocurrido, quise defenderme, explicarle todo. Asustado por mi propia reaccion retrocedi sin darle la espalda al instituto.
 Cuando me voltee, ya me habian quedado claro tres cosas.
 La primera: Angel Stevens no era como nosotros. Y como odie formar parte de ese nosotros.
La segunda: No podia oirla, y eso, a pesar de ser aparentemente humana, era malo, muy malo. Solo pasaba con las mezclas, pero ella tampoco parecia eso. Ella era algo desconocido.
La tercera: Para nosotros lo desconocido era sinonimo de peligro .Angel, Jana, era peligrosa. Ella era peligrosa y no lo sabia.
 Debia alejarme de ella. Alejarme lo mas posible. ¿Pero porque el pensamiento me parecia imposible?
 Me sentia confundido, no me habia sentido confundido en… nunca.
 Por eso corri, corri como si mi salud mental dependiera de ello. Podia escuchar la musica a mi alrededor: las hormigas caminando en fila sobre un tronco caido, el aleteo de los insectos y aves, la brisa en las hojas, los corazones. El bosque estaba vivo y se movia a su antojo a mi alrededor, ignorandome al no representar una amenaza por el momento.
 Una hermosa melodia, acompañada por el sonido de los corazones de los estudiantes del instiutos y dirigidos por uno en particular, cuyo ritmo calmo se habia grabado en mi mente como la marca de un hierro caliente, como los tatuajes de su piel.
 Corrí más rápido.

Jana.
 Para cuando ya se me habían ocurrido un par de escusas razonablemente convencibles, Andrew apagaba el auto en frente de la cafeteria Dolly`s punto de encuentro para después de clases considerado prácticamente una tradicion entre los estudiantes de la  Houston Secondary School. Me plante firmemente en el asiento del copiloto. Andrew miro mis manos sujetas al asiento y mi rostro mirandole mientras sonreia con una gran sonrisa demaciado poco inocente.
_Son solo personas._ dice mientas abre su puerta y sale.
 Lo segui con la vista mientras rodeaba el auto y abria mi puerta.
_Sube al auto y llevame a casa._ le ordene con un tono de voz que habia sido temido por muchos.
_Vamos, sal._ dijo demostrandome que podia tornar su sonrisa aun mas encantadora, lo mire fijamente, no flaqueo en ningun momento, era un niño valiente.
_Te recuerdo_ dije con un tranquilidad que no poseia_ que esto esta ocurriendo contra mi voluntad._ Segui mirandolo fijo, mi careta se derrumbo un segundo despues._ Mira Andrew, no soy muy sociable, prefiero estar sola y creo que nunca nos hubieramos vuelto a hablar si no me hubieras pasado a buscar hoy por la mañana._
_No muerden, al menos no todos_ dijo ignorandome y riendose de su propio comentario.
_Llevame a mi casa y ya. Tengo que hacer una cena._
_Segun tengo entendido, Michele no regresa hasta las siete y media y son las…_ se remanga la campera y el jersey para mirar el reloj_ tres y media. Tengo meticulosas instrucciones de que te entretubiera._
_ ¿Y quien…_ suspire.
 Michele.
_Olvidalo._
La listilla, se lo habia pensado todo. Hey! No dejen manejar a la inestable Jana, y por sobre todo no la dejen sola!!
 _Ok._ me saco de mis pensamientos Andrew. Lo mire, parecia mucho mas grande desde yo estaba sentada._¿Saldras del auto o voy a tener que alzarte hasta la entrada?_
 En sus ojos vi que no bromeaba, Sali del auto, pero no sin mostrar mi desacuerdo.
Mire detrás de el a una sonriente Melani saludandonos enérgicamente. Ya no tenia vuelta atrás, tendria que ir. Esa chica parecia encontrarme en cualquier lado.
Andrew se volteo y devolvió el saludo.
_Ja! Mira!_ dio regocijandose en mi cara._ Ya nos vieron, no hay vuelta atrás._
 Una rafaga de viento levanto mi cabello en casi toda su extencion. Andrew me ayudo a sacarlo de mi rostro y dejo el mechon mas largo detrás de mi oreja.
_¡Vaya! Es aun mas suave de lo que parece._
Qué sutil!, pense, pero no pude evitar sonrojarme y morderme el labio inferior, me sorprendi cuando el cumplido no me causo repugnancia, como solia pasarme. Camine hacia la cafeteria para ocultar mi confucion. Definivamente la novia de Andrew seria afortunada.
 Al entrar a Dolly’s me invadieron todos los aromas que habia disfrutar cuando habia venido con Michele. El café, las tartas, el olor a carne que senti cuando un de las camareras paso con un vandeja. Me encantaba su olor, pero inmediatamente después de comerla, sentia una gran desepcion, como si no fuera suficiente. Motivo por el cual era vegetariana.
 Había ancianos disfrutando de un café mientras jugaban al ajedrez en una mesa. Una familia comiendo un postre. Unos leñadores bebiendo unas cervezas.
_ Ire por unos cafes, ¿como quieres el tuyo?_ me pregunto Andrew.
_prefiriria un Moca._
_No hay problema._
Mire alrededor buscando a las chicas.
_Aaaaaquiii._ Me di vuelta rapidamente, cualquier cosa por callar esa vos.
 Me dirigi hacia ellas y les regale un sonrisa tipo Kodak.
_Hola de nuevo._ me dijo Brenda, correspondiendo a mi sonrisa.
Estaba por contestar cuando las chicas se me quedaron mirando con un expresión extraña. Como acto reflejo lleve la mano a mi pelo, pero detuve el movimiento, no me importaba realmente.
_Hooola_ escuche detrás de mi.
 Me di la vuelta para saludar a quien fuera dueño de aquella voz. Un chico unas buenas dos cabezas mas alto que yo me miraba con una sonrisa que hacia que brillaran sus ojos cafes. Un moreno que, a pesar de que era un grandulon de pies a cabeza no resultaba amenazante. Me agrado al instante.
_ Nombre. Estado civil. Edad. Color favorito. relacion con Brenda._ exigio.
_jana. Sola. Informacion confidencial. Informacion perdida. Posible amistad._
_Lo has hecho bien._ aprovo asintiendo_ Condenadamente bien. Eres rapida de mente._
Le sonrei sinceramente.
_Gracias_
Se sento enfrente delas chicas no quedandome otra opcion que sentarme a su lado.
_Bueno, ahora mi turno._ Ispiro profundamente._ Bismark. Comprometido. Dieciocho. Verde miel. Es mi razon de existir._ dijo en orden mirando a la persona en cuestion.
 Brenda puso un expresión de empalagosa dulsura, se tomaron de las manos por sobre la mesa y la expresión de devocion de ambos aumento hasta rallar con lo imposible.
_Oh…_ suspiro ella_ eres mi lobo del infierno._
 Irradiaban tanto amor que mire alrededor para ver si alguien no estaba usando anteojos de sol. Luego me rei de mi ocurrencia. Melanie me miro confundida.
 _ La palabra loo hace que se me venga un chiste a la mente._
_ ¿Cual?_
 Los tres me miraron atentamente.
 Piensa rapido.
_Esto… No es para ser dicho en publico._
 Comenzarn a llegar mas y mas personas, sumandose a nuestro grupo,  mejor dicho el grupo. Yo no hable mucho mas, una respuesta por alli un comentario por alla. Note como la tension de mi cuerpo iba disminuyendo a medida de se iban olvidando de mi, sumergiendose en temas triviales. Pude observarlos sin que se percataran de ello, pude ver la miradas pasionales entre bismark y Brenda, las de anhelo de Melanie al cruzarse con las de Jhonny. Como sus ojos se iluminaban a la expectativa de una nueva excursión al bosque. Les gustaba mucho la naturaleza.
 Afuera estaba nublado, pero sus sonrisas bastaban para iluminar el dia. Sonrisas felices, con ilusiones y sueños. Los observe y me pregunte si alguna vez yo habia sonreido con tal intensidad, si alguna vez habia brillado.
 Mirandolos, me senti como un anexo.

 Mire el reloj de la cocina.
5:30
 Tenia tiempo de seguir organizando mi nueva vida. Subi hasta mi cuarto y deje mi mochila en el sillon de mi escritorio. La habitación aun tenia muchas cajas apiladas contra las paredes, pero ya no tenia espacio para las cosas que estaban en su interior. Sin ni siquiera pensarlo me tire en la cama, en solo pensar que tenia que pensar donde poder todas esas cosas me cansaba. Odiaba mudarme.
 Volvi a mirar las cajas y me levante de un salto. Debia ser positiva. Apile dos cajas y puse mis manos debajo de ellas. Hice presion hacia arriba pero las cajas no se movieron.
 Bueno, no tan positiva.
 Suspire y me lleve la caja superior a al que solia ser el cuarto de huerpedes que Michele rebautizo como EL cuarto. Habia un papel pegado en la puerta, l acercarme distingui la letra de Michele:
 Jana: EL cuarto es tuyo, has con el lo que se te antoje.
 Entre haciendo presion con la cadera en la pruerta. Sonrei al ver las paredes pintadas de blanco, un lienzo para mi. Habia muchos libreros vacíos que no reconoci, me era imposible no querer a Michele, a veces parecia estar en todas. Deje la caja en el piso y fui  buscar la siguiente y la siguiente. Al terminar sonrei al pensar que diria mi fisioterapeuta si me viera, estaria orgulloso o espantado. Sacando la imagen de mi mente comenze a poner los libros que ya no enraban en mi habitacion en los libreros.
 Suspire de satisfacción al terminar, saque el celular.
 7:00
_¡Maldicion!_ el tiempo habia pasado sorprendentemente rapido.
 Corri escaleras abajo y llegue derrapando a la cocina, lo que me gustaba de vivir prácticamente sola, uno puede hacer lo que quiera. Me detuve en frente de la encimera y me lave las manos. Ni siquiera habia pensado que hacer de cenar.
 Comenze a abrir las despensas un tiron agudo en mi pierna izquierda hizo que me congelara en el lugar. Bueno sin duda ahora si sabia lo que diria mi fisioterapeuta: “Usted deberia ejercitar su pierna y brazo mas seguido Ángel”.
 Muy lentamente me incorpore a la posición original, la pierna seguia doliendo.
 Tendria que ir a un fisioterapeuta en la ciudad. Pense.
 En California tenia uno, pero no iba muy seguido. Sin embargo, con el frio tendria que ir a uno mas seguido.
 Maldito pueblo!!!
 Como no sabia donde habia puesto mis calmantes, decidi recurrir al plan B. Consistia en respirar profundo, una y otra vez y otra vez y otra vez… Al ver que el plan B no hacia efecto, comence a revolver cada cajon de la cocina, prosegui con el resto de la casa cuando no encontre nada, hasta que llegue al baño de la planta baja y, después de revisar un poco desesperadamente, vi un pequeño cofre de palta, que era donde guardaba yo todos mis calmantes y medicamentos que me habían quedado del accidente.
 Nota mental: tirar medicamentos vencidos.
 Volvi a la cocina y guarde una tableta de calmantes en uno de los cajones que estaban a mas facil acceso para mi.
 Mi planeado estofado de carne con alcaparras, se transformo en espagueti con queso. Michele se veia radiante, asi que simule estar radiante tambien. No paro de hablar desde que habia cruzado la puerta trasera, que se encontraba en la cocina. Lo bueno de Michele, es que hablaba tanto que no necesitaba mi aporte para mantener una conversación.
 Hasta que llego la pregunta.
_¿Como te fue tu primer dia de clases?
_Como un primer dia de clases habitual._ dije tratando de no darle importancia.
 Levante la vista al ver que no contestaba.
_¿que?_ le pregunte.
_Nada… Yo… Siento que hayas tenido otro primer dia supongo?_ dio terminando la oracion mas en pregunta que en afirmación.
_Oh!_ dije dandome cuenta de lo que habia dicho_ No quise decir eso, digo, me fue bien. Si. Muy bien._
 Me sonrio radiante.
_Fenomenal!_
Frunci mi seño con disgusto.
_Eh… Debo decirte que nadie dice ya fenomenal?_
_¿Ah no?_ me miro confundida.
_Nop._ dije riendome orgullosa de mi misma, al menos sabia mas de lunfardo adolescente que Michele, y eso era un gran logro para mi._ Ahora se dice, genial.
_Lo tomare encuenta. El orgullo es pecado._ me dijo fulminadome con la mirada.
_Tambien lo es la Ira._
 Despues de unos segundos de ver quien aguantaba por mas tiempo la mirada, estallamos en risas, declarando el empate.
 Ya en mi habiatacion, hice algo que no solia hacer me conecte a Internet y al revisar mi correo encontre muchos mails de Maria, mi mejor amiga.
            Angel:
                        ¿Cómo has llegado? Espero que bien. Ya has revisado las cosas que te envie?? Mas te vale que lo hayas hecho!!!! Te envie cosas muy bonitas, mucho abrigo para tu viaje. Tengo mas cosas para enviarte, asi que quiero la direccion exacta, asi podre enviartelas. Esperare tu correo…..
 Con cariño… Maria
 Segui leyendo muchos mails mas hasta que decidi que era mejor llamarla. Como era habitual en Maria me contesto al quinto tono.
_Angeeeeel!!_ chillo de alegria y yo aleje la bosina de mi oido.
_¿Como sabias que era yo?_ pregunte maravillada.
_Daaah, identificador de llamadas._ podia imaginarmela agitando las manos para imitar que hacia un truco de magia solo para molestarme, pero antes de que yo pudiera replicar ella siguió hablando_ Hey!! Por que motivo no has contestado mis mails??? Porque, o sea niña, yo debo ser tu prioridad entre todos tus amigos. Como crees? Acaso me dejas para el final?? Que clase de amiga eres??_ me dijo mitad en ingles y mitad en español.
_Tu sabes que yo no utilizo la computadora. Ay mi niña! Cuando vas a entender que yo y la tecnologia no nos llevamos bien?? A penas y se usar el chat, y gracias a ti._ Le conteste tambien en español.
_Vaya, vaya, no estas tan oxidada como pensaba._ dijo cambiando al ingles nuevamente.
_ Solo pasaron tres semanas de la ultima vez que nos vimos._ le dije.
_Solo, SOLO!!! Eso es mucho tiempoooo!!! Yo soy la unica que mantiene esta ralacion!!_
_Cortale con el chorro dramatico. ¿Cómo has estado?_
_Yo bien, pero eso ya lo se, quiero saber de ti. Según mi calendario, hoy fue tu primer dia de clases. Como te ha ido? Hay algun papi chulo por ahí? Algun ñiño bien hot?_
No pude evitar reirme. Ya sabia yo que ella me preguntaria eso.
_Hay muchachos lindos si. Pero ninguno que me interece. Por sierto, aquí hay muchos que estan bronceados. Puedes creerlo? Yo he vivido en lugares calientes y soleados casi toda mi vida y nunca logre un bronceado decente._ dije descartando el tema chicos.
_Es que tu tienes esa enfermedad de la piel blanca._
_Eso no es una enfermedad, asi es mi piel._ le reproche.
_eso no es cierto, yo se que hay una epidemia o algo parecido._
_Estas siendo racista!!_ le dije fingiendo indignación, nosotras habiamos discutido en broma por mi falta de bronceado por años.
_La racista eres tu, pero solo es que me envidias mi sangre caliente._
 Continuamos hablando hasta que me despedi alegando que necesitaba urgentemente una ducha una hora después. Suspire feliz, hablar con maria me levantaba el animo, me hacia creer que no estaba tan sola y por unos minutos yo podia ser una adolescente normal.
 Me di un baño muy caliente para relajar los músculos entumecidos por el frío. Pro al recostarme en mi cama, no podía dormir. No podía sacarme la mirada del chico del estacionamiento de la cabeza. Decidí que seria bueno dibujarlo para así luego olvidarlo mas rápido. Pero solo pude dibujar sus ojos. No había podido ver mas allá de eso.
 Esa noche estaba muy oscuro. Después de fallar en la empresa, mis ojos comenzaron a pesarme. Y cuando al fin se cerraron a altas horas de la noche esos ojos negros me persiguieron en sueños.